19.4.16

LOS LÍMITES DEL LENGUAJE SON LOS LÍMITES DE MI MUNDO. WITTGENSTEIN Y LA PALABRA COMO EL MOTOR DE LA CREACIÓN

Los límites del lenguaje son los límites de mi mundo.

WITTGENSTEIN

Cada individuo posee su propia visión del mundo, de este modo nuestro entorno es uno y al mismo tiempo múltiple, ya que en función de los ojos a través de los cuales se mire cambiará nuestra realidad cotidiana. 

¿Cómo creamos nuestra propia realidad? Lo hacemos mediante el pensamiento. Me refiero al constante diálogo interno que mantenemos con nosotros mismos (los lamas aquí no cuentan, ¿vale? No, los yoguis tampoco). La naturaleza de nuestros esquemas del pensamiento depende en gran medida de nuestro dominio del lenguaje. Normalmente no nos preguntamos por qué elegimos una palabra y no otra (a no ser que seas escritor, en cuyo caso es difícil escapar a la maldición del creador de mundos). No es lo mismo decir:
Un silencio monacal.
Un silencio tenso.
Un silencio espeso.
Un silencio apacible.
En los ejemplos anteriores hemos jugado con los adjetivos, combinándolos con el resto de la oración. No importa la clase de palabra sobre a cual meditemos. Cuando nos decantamos por una estamos apartando del texto todas las demás.

El lector (o en el caso del diálogo interno, nosotros) percibe algo distinto según qué palabras la presentemos. A mayor dominio del lenguaje, más posibilidades se abrirán para nosotros, pues es ante todo una herramienta para la comunicación. Y hay pocas cosas más placenteras que una comunicación eficaz.


Nos servimos de la palabra para cazar nuestros propósitos. Una vez tenemos los elementos adecuados y los colocamos en el orden adecuado se produce una simbiosis que roza el misticismo. Es increíble lo mucho que cambia un texto según la distribución que hayamos seleccionado. No se trata solo de tener a mano los términos adecuados, las relaciones entre ellos determinan su valía. 

La función de nuestras oraciones puede ser emotiva (recordemos el Romance del prisionero), buscamos que el otro realice un ejercicio de empatía; apelativa, buscamos la atención del lector, utilizada especialmente en la propaganda; poética, depende de la percepción que tenga el destinatario de la belleza, es la más creativa de todas...
La filosofía es una lucha contra el embrujamiento de nuestra inteligencia mediante el uso del lenguaje.

WITTGENSTEIN
De acuerdo o no con esta sentencia del  filósofo, matemático y lingüista Wittgenstein, es cierto que nuestra inteligencia es víctima de nuestras competencias lingüísticas. El lenguaje es el puente tendido que nos acerca o nos aparta del conocimiento. Con él construimos y reafirmamos cada día el mundo en el que existimos. La palabra es el motor de la creación (no, ahora no estoy hablando de cábala, no seáis mal pensados) que empequeñece o ensancha nuestra existencia.


2 comentarios:

  1. Hacer filosofía sobre el lenguaje es un arte en sí. Para mí es prácticamente magia. Crear algo donde no había nada, narrar un mundo, explorarlo a fondo... Como bien leo en estas líneas, construir cada día, pero desde cero.

    Los silencios son mi asignatura pendiente. Tengo que seguir practicando para manejar el lenguaje no verbal descrito en palabras.. A ver si lo consigo jejeje.

    Un abrazo

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    1. A mí también me cuesta el tema de los silencios, creo que al ser algo que tenemos tan asimilado nos cuesta trasladarlo a nuestros mundos de papel. De forma inconsciente recibimos e interpretamos y reaccionamos en base a estos estímulos.

      ¡Otro abrazo para ti!

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