8.2.16

¿TE GUSTA SOÑAR? SÓLO HAZLO. ESTE SUEÑO ESTÁ PATROCINADO, DE PEDRO PABLO PICAZO

El viento refrescó su rostro y el cabello bailaba  a su son. Se sentía libre. Vivo. No era la primera vez que tenía aquel sueño y, como tantas otras veces, todo acabó cuando empezaron a llover palomitas de maíz a su alrededor y apareció aquel mensaje: «Este sueño está patrocinado por Pop Air, deliciosas y ligeras palomitas. Cero por ciento colesterol».
Carl Jung consideraba simplistas las teorías de Freud en las que los sueños eran poco más que la manifestación de deseos latentes. Jung proclamó la riqueza del mundo onírico y del subconsciente individual y colectivo a través de arquetipos. El filósofo y neurocientífico Antti Revonusuo propone: «la función biológica de soñar es simular eventos amenazadores y ensayar la percepción y evasión de amenazas». Otros como Mark Blechner hablan de las mutaciones del pensamiento como consecuencia de soñar, dichas variaciones son seleccionadas o desechadas para la evolución de los pensamientos.

Lo único seguro: son imprescindibles para el descanso.

En la actualidad la ciencia estudia la relación entre los impulsos eléctricos y los diferentes estados de conciencia. La mente humana es todavía en muchos aspectos un misterio. Nos gusta pensar que en el futuro poseeremos un conocimiento superior en esta y otras cuestiones y la consecuencia no es siempre un cambio a mejor. Pedro Pablo Picazo autor de obras como Su majestad el rey de los niños zombies o Leyendas de alquiler  elige mostrarnos una sociedad en la que los impulsos eléctricos han sido descifrados y la publicidad se ha adueñado de nuestros sueños.
A esas alturas de su vida, Félix sabía que un sueño podía ser comprado y fabricado, que era factible bucear en la mente humana a través de la interpretación de sus ondas eléctricas pero, a la hora de limpiar el suelo de aquel oscuro y sucio supermercado en el que trabajaba, Félix tenía que usar la misma lejía que utilizara su bisabuela para limpiar el cobertizo de los animales, allá en el pueblo de donde provenía la familia. 
Este sueño está patrocinado nos acerca al sufrimiento de Félix, un hombre gris que lo ha perdido todo a causa de la publicidad descorazonadora que patrocina sus sueños. Incapaz de recuperarse del día a día debido a que los sabe artificiales, no como los de su niñez, la única esperanza de este desgraciado es ahorrar lo suficiente para poder permitirse un inhibidor Müller de segunda mano. Su situación prolongada a lo largo de los años ha deteriorado su personalidad volviéndolo propenso a los ataques de ira y las explosiones de violencia.
Félix daría lo que fuera por un sueño. Uno real. Sin embargo, un día el gobierno  prohíbe estos inhibidores, poniendo punto final a sus planes. Y el hombre que no podía soñar está furioso, muy furioso. Precisamente a través de un personaje tan susceptible, malhumorado y con un pasado poblado de miserias viviremos esta odisea en busca de la felicidad, perdón, de un sueño. No es un héroe, su objetivo no es el bien común, este ciudadano responde a sus propios intereses y a pesar de ello sus actos en contra de las empresas, de los poderosos, tienen algo de grandeza.


A partir de esta premisa sencilla, pero original el autor nos presenta una civilización donde el consumismo es la religión dominante. Ante todo la novela explora las posibilidades que ofrece semejante tecnología, sugiriendo escalofriantes aplicaciones, desnaturalizando la condición humana —algo que es evidente desde nuestra óptica, ajenos como somos a estos tiempos y que sin duda, nos recordará a ciertos aspectos de nuestra actualidad: en las urbes la publicidad se ha adueñado de nuestro entorno—.

Y para él, que era una granada sin anilla aguardando el momento de estallar, no podía haber un tratamiento más erróneo.
Esa noche se enteró de que el gobierno había prohibido la venta de los inhibidores y que, desde ese momento, eran considerados ilegales. Aquel despertar fue el más duro de todos. Sintió que su vida se hacía añicos, como el cristal de la mesa que destrozó de un puñetazo.
Otros componentes a destacar serían el sugerente una nueva droga y Mindnet, la evolución de Internet, conectado por supuesto a la mente de los usuarios. Esto favorece todavía más ese aislamiento del otro, caminan por las calles sumergidos en los contenidos que esta nueva red les ofrece (¿a alguien le suena?).
En esta historia no priman los personajes, sino el tema de la publicidad en los sueños con todas sus consecuencias. Sobre éste subyace el egoísmo, por un lado el egoísmo de los ciudadanos de primera que dejan a un lado sus escrúpulos y niegan algo inherente a la libertad a su población; después tendríamos el egoísmo que motiva las acciones de Félix tanto en el presente como en el pasado, él mismo es perfectamente consciente de ello.


La etapa final está plagada de cliffhangers, cada uno sorprende más que el anterior, todo perfectamente verosímil. Pedro Pablo ha sabido aprovechar  los elementos que rodean a sus personajes y su cosmos. El ritmo a lo largo de toda la obra es trepidante, sustentado por un estilo que si bien no abusa de adornos resulta atractivo y directo.
Lo fascinante de esta trama y su estructura es el continuo juego entre lo real y lo imaginario, pues la línea que los separa se difumina antes de lo que creemos.
Estaba a punto de salir cuando, en el filo de la cartulina, encontró algo escrito que le hizo cambiar de idea: Onirius, urdidor de sueños.

4 comentarios:

  1. Buenas.

    Veo que ya te lo has leído y que te gustó. Me ha gustado tu introducción sobre el tema. Quizás cuando tenga tiempo investigue sobre el tema.

    Un saludo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, hola :)

      Es que el tema de los sueños es algo que me fascina y he leído alguna que otra cosilla sobre el tema. Ahora sí, ya puedo leer tu reseña. Ahora paso a dejarte un comentario.

      ¡Abrazos!

      Eliminar
  2. ¡Qué tema más interesante!

    El otro día, en una cafetería donde quedé de esperar a mi madre, me entretuve leyendo un antiguo magazine (de esos que regalan los domingos con algunos periódicos) y salía una entrevista de Robert Kahn el "inventor de internet". Él decía que se estaba infravalorando el poder de su descubrimiento porque las empresas se habían centrado en crear productos consumibles (aparatos potentes, aplicaciones...) en lugar de primar por la investigación para llevarlo más allá. Y decía que dicha investigación tenía que centrarse en el mundo de la biología y cómo la informática peude influir en ella. Mencionaba que tarde o temprano esa barrera se cruzaría. Y esta reseña me lo ha recordado.

    ¿Qué puede haber más complejo que los incontrolables sueños? ¡Qué maravilloso sería para coca-cola estar allí dentro!

    Me ha encantado el tema, lo que cuentas y los fragmentos. Seguro que me hago enseguida con él.

    ResponderEliminar
  3. Precisamente el biopunk trata este tipo de cuestiones. Me temo que en pocos años dejará de pertenecer al terrero de la Ciencia Ficción.
    Fíjate, yo también estaba pensando mientras lo leía en grandes marcas como McDonald's o Coca-cola.
    No me extraña que te haya gustado como buena psicóloga que eres ;)
    El libro es baratito: 10€. Ya me contarás si te animas a leerlo.

    ¡Un abrazo!

    ResponderEliminar

Bienvenidos a mi mundo :)