17.1.16

NO NECESITABA AL MUNDO, Y ÉL NO ME NECESITABA A MÍ. QUEMASTE TUS ALAS DE ÁNGEL, DE VÍKTOR VALLES

Portada. Fuente.
No necesitaba al mundo, y él no me necesitaba a mí.

Esta lapidaria sentencia la he extraído de la primera novela publicada de Víktor Valles, Quemaste tus alas de ángel, que ha salido a la venta en digital con Ediciones Babylon.
El autor nos sumerge en el mundo interior de Arián, un escritor con una carrera ya consolidada en el mundo de las letras, pero que en lo personal acaba de naufragar. La obra es de corte intimista y juega con la frontera entre lo real y lo imaginario, nuestro protagonista caminará dando bandazos entre ambos mundos.

Alaitz es el nombre de la musa que será el corazón de su nuevo trabajo, Arián no sospecha del poder que su propia creación ejercerá sobre él a partir de entonces. 

Viajábamos en paralelas, el mundo y yo, con el único objetivo de no estorbarnos. Yo no le contaba mi vida y él no me contaba la suya: era un pacto mágico que ninguno estaba dispuesto a romper.
La prosa revestida de lírica de Víktor Valles explora los arcanos del proceso creativo, los altibajos inherentes al mismo y el microcosmos que son las distintas viviendas de Arián: un doble material de sus entrañas, de los demonios y los ángeles que pueblan su psique. En el punto de partida abandona Barcelona para trasladarse a la tranquila localidad de Vilanova i la Geltrú.

Una letra, otra. Y otra más. Así construye el juntaletras la escalera con la que deja atrás la realidad. Fuente.

La relación de Arián con el mar es una constante a lo largo de casi toda la trama
—al principio se resiste a mudarse a Madrid ya que no es capaz de imaginarse una vida sin él, ¿dónde se refugiará? ¿o acaso la urbe terminará por devorar su esencia?, en general la estética de los escenarios apoya su estado emocional como ya sucedía en la literatura del romanticismo.

Y es que muchos no conocerán la sensación. Pero el efecto que provoca la destrucción de un mundo propio es equitativa a descubrir que la verdad es la contraria a aquella idea a la cual te aferrabas. El dolor se extiende, provocando llamas. Un fuego capaz de consumir el alma. Atrás quedaba mi inocencia, había descubierto el verdadero significado.

La música es otro de los ejes centrales de Quemaste tus alas de ángel y, con ella, llega Ariette una joven cantante de jazz que conoce a Arián poco antes de partir junto a sus amigos en una gira que la llevará por buena parte del globo. Poco a poco, gracias a la correspondencia que mantienen, Ariette irá haciéndose un hueco en este cosmos supeditado a la ficción, a Alaitz. Porque sí, el escritor es consciente del amor que siente por su propio personaje.

Alaitz sueña con la luna y el almizcle. Fuente.

Esta novela es para degustarla, para beberla a sorbos. Aunque confieso que me di un buen atracón con la primera mitad, que es sin duda la que más me ha conmovido, pues perfila a Arián sin edulcorar las miserias de su rutina en contraposición con la belleza del lenguaje y el entorno.

Con unas pinceladas tenemos a unos secundarios que si bien no aportarán cambios drásticos en el destino del artista, podremos recordarlos como criaturas entrañables. Yo me quedo con Kafka un felino ciego al que Arián adopta y que se convertirá en un compañero inseparable. Una de mis escenas favoritas transcurre en el cementerio donde se encuentra a un anciano, un conocido suyo de la cafetería donde acostumbra a trabajar que ha perdido a la mujer a la que amaba sin ser capaz de revelarle sus sentimientos.
Esa obstinación la hizo nacer, desangrándome lentamente. En una probeta iba derramándose, gota a gota, mi sangre hasta dejarme árida. Mi alma se vertió en la fiera, mudando de cuerpo como un caracol mudando de caparazón. Fue una transición lenta y dolorosa, un mal inimaginable que me consumió completamente.
Lo único que no me ha terminado de convencer han sido los fragmentos que narran las aventuras de Alaitz, aunque la escena en la que renace es poderosa, no lo voy a negar; sin embargo, el resto de su aventura no ha terminado de engancharme. Supongo que se debe a que no he tenido tiempo de empatizar y a que las partes de la novela escrita por Arián dan grandes saltos en el tiempo y son escasos. Esta es la única pega que yo le pondría a Quemaste tus alas de ángel.  

La aventura de Arián, Alaitz, Kafka y Ariette no se caracteriza por tener un ritmo trepidante ni grandes misterios, la magia está en los pequeños detalles igual que sucede en la vida.

Víktor Valles. Fuente.

2 comentarios:

  1. Me alegra que hayas disfrutado de esta historia. Me sabe mal que no hayas disfrutado tanto de la parte de Alaitz, aunque agradezco enormemente la sinceridad en tus palabras: de ellas voy a aprender muchísimo.

    Un fuerte abrazo, amiga Ana =^.^=

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    Respuestas
    1. Gracias por pasar por aquí, Víktor :)
      No te preocupes por lo de Alaitz, por mucho que se quiera las opiniones son subjetivas quizá a otros lectores no les pase.
      En cualquier caso me ha encantado tu novela y espero que por lo menos esta reseña sirva para que llegue a otras personas.

      ¡Un abrazo, deseando volver a leerte! ¡Marramamiau!

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