De la mano de Pulpture sale al mercado Viejas huellas, un Penny Dreadful de terror clásico escrito por Jaume Vicent.
Mucho se ha hablado en Epidemia acerca del pulp, pues bien, este tipo de revistas provienen ni más ni menos que de las Penny Dreadful cuyo padre fue Charles Dickens. Si os interesa saber más sobre el tema podéis leer el artículo que este mismo autor preparó para Ánima Barda (#3) en el que también nos habla de los Penny Bloods.
Pero no estamos aquí para hablar de los Penny Dreadful o los Penny Bloods.
Viejas huellas se centra en dos jóvenes llamados Kurt y Joseph que tienen como objetivo atravesar el país en canoa. En cierto punto de su viaje deciden recobrar fuerzas en Blackwood, un pueblo sin ley. El plan es remontar el río hasta Canadá, sin embargo sus sueños de fama se convertirán en una pesadilla muy real cuando la ominosa presencia que mora en esas tierras decide convertirlos en su próximo objetivo.
El relato tiene cierto aire lovecraftiano. Por un lado los personajes están caracterizados mediante unas pocas pinceladas, ya que el verdadero protagonista es el ser que les da caza. La estructura narrativa no contiene saltos en el tiempo, la acción es siempre lineal y fruto forzoso de los actos de Kurt y Joseph. El ritmo y la intriga están bien llevados hasta el final, se leen en un suspiro sus veintidós páginas. En cuanto a las descripciones predomina la naturaleza y el terror del que son cómplices, pues lo oculta a ojos de la civilización.
Se nos muestran también algunas escenas de la vida cotidiana de los leñadores al principio, justo antes de llegar a Blackwood.
La atmósfera que crea Jaume en torno a esta historia de weird horror es sombría, la mayor parte del tiempo solo insinúa, pero es precisamente por su buen hacer que sentimos cómo se nos ponen los pelos de punta, porque al igual que los dos jóvenes intuimos el peligro que se cierne sobre nosotros.
La idea central de esta obra podríamos resumirla en las siguientes premisas:
- El hombre viven en ignorancia, indefenso ante horrores preternaturales que escapan a su comprensión.
- El ser humano como algo finito, efímero en contraste con esas criaturas que no se ven atadas a nuestras concepciones del tiempo o el espacio.
- Nosotros moriremos, pero ellos seguirán ahí.
El final es abierto y contiene una promesa.
Para terminar me gustaría recomendaros el blog de Jaume, Excentrya. Si sois escritores os encantará, podréis aprender mucho en este rincón; de no serlo, no os preocupéis, también pasaréis un buen rato.
Si os ha gustado lo que habéis leído hasta ahora os recomiendo su columna Mala sangre, que podéis leer de forma gratuita cada semana en la web de Ánima Barda. También colabora con Argonautas, MoonMagazine y es tutor en la Escuela de Formación de Escritores.
Jaume Vicent |
Hola, Ana!
ResponderEliminarYa tenía ganas de pasar por aquí. Me alegro de que seas de las primeras en reseñar mi relato. Muchas gracias.
Creo que has hecho una lectura muy acertada, ni yo mismo lo podría haber resumido tan bien. Esos tres puntos son el eje sobre el que quise hacer girar la historia. Como bien señalas hay promesas de más y esperemos que también mejor.
Muchas gracias por tu reseña y por estar siempre a pie de letra, Ana.
Un abrazo!
Es bueno saber que te ha gustado :P
Eliminar¡Deseando leer más cosas tuyas!
¡Un abrazo y gracias por pasar por aquí!