30.6.13

Creando mundos (4) LAURA GALLEGO


¿De dónde salen las ideas?
De todas partes. Depende del autor, claro. Algunos se inspiran en sus vivencias personales, otros en cosas que les han contado, otros en historias que leen en los periódicos, otros en todo lo que leen... Depende de cada persona. Lo que sí debes tener claro es que no es lo mismo una idea que una historia. Una historia es como un puzzle formado por muchas ideas distintas. Puedes tener una idea para un principio, para un personaje, para un lugar... pero eso es sólo la primera pieza del puzzle. Así que no se trata sólo de inspiración. Es cierto que hay autores que parten de una sola idea inicial y van imprvisando, pero yo no lo recomiendo si quieres crear una trama sólida y unos personajes redondos. No esperes simplemente a que te vengan las ideas. Puedes reunir muchas piezas del puzzle, pero no van a encajar solas. Es necesario reflexionar y buscar la mejor forma de encajarlas, y eso es algo que nadie va a hacer por ti, ni siquiera la inspiración. No pasa nada si tienes que descartar buenas ideas porque no encajan con la trama; es mejor guardar esas piezas, por buenas que te parezcan, para proyectos futuros, que meterlas en la historia con calzador, peguen o no peguen.
Si escribes fantasía, muchas de tus ideas saldrán de tu imaginación. Para tenerla en buena forma es especialmente necesario leer mucho y reflexionar mucho también. No te preocupes si tus historias parecen similares a otras que has leído; al principio suele suceder eso. Si escribes un libro en el que se nota en cada párrafo que admiras mucho a un autor determinado es poco probable que llegues a publicarlo, pero no te preocupes: eso es parte de tu formación. Se empieza imitando a unos y a otros, la mayor parte de las veces de forma inconsciente, hasta que, a medida que vas ampliando lecturas, experimentando vivencias y reflexionando sobre unas y otras, terminas por encontrar tu propio estilo. Un escritor no es original porque cuente historias que nadie más ha contado. Lo es porque las cuenta desde un punto de vista diferente.
Serás un autor con personalidad propia cuando tengas tu propio punto de vista, tu propia forma de ver el mundo. Y eso se reflejará en tus historias, de modo que, por tópica que pueda parecer la trama de una de tus novelas, será la forma de contarla, tu visión personal sobre esos mismos tópicos, tu forma de reflejarlos o de darles la vuelta, lo que hará que esa obra sea original.
Si quieres escribir, pero no se te ocurren ideas, escribe sobre cosas que conoces o te han pasado. Escribe un diario, un blog o lo que sea, no importa que lo nadie lo lea, no importa que lo escribas sólo para ti; cada página que escribas será una página más de práctica en la que ensayarás la mejor forma de poner por escrito tus sentimientos y tus pensamientos, y por eso no será tiempo perdido. Así, cuando tengas una buena idea y seas capaz de desarrollarla hasta transformarla en una buena historia, también serás capaz de plasmarla en el papel de una forma satisfactoria. De modo que debes escribir aunque no tengas ideas. Si no lo haces, si esperas a tener una gran historia, puedes echarla a perder por el simple hecho de no saber cómo escribirla.

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