20.4.13

La conjura de los necios


Sólo me relaciono con mis iguales, pero como no tengo iguales no me relaciono con nadie.

La conjura de los necios es una de esas novelas que no dejan indiferente a nadie. Cuando ya tenía leído la mitad del libro decidí indagar por la red, para saber de otras opiniones y conocer un poco la vida del autor. De este modo descubrí que tan solo había dos bandos: los que piensan que es mala y aquellos que adoran la obra de John Kennedy Toole. Y a estas alturas no es ningún secreto que la crítica la califica de literatura con mayúsculas.

 El protagonista de esta novela es uno de los personajes más memorables de la literatura norteamericana: Ignatus Reilly -una mezcla de Oliver Hardy delirante, Don Quijote adiposo y santo Tomás de Aquino, perverso, reunidos en una persona-, que a los treinta años aún vive con su estrafalaria madre, ocupado en escribir una extensa y demoledora denuncia contra nuestro siglo, tan carente de teología y geometría como de decencia y buen gusto, un alegado desquiciado contra una sociedad desquiciada. Por una inesperada necesidad de dinero, se ve 'catapultado en la fiebre de la existencia contemporánea', embarcándose en empleos y empresas de lo más disparatado.

 Debo decir que a mí me gustó, en más de una ocasión no podía evitar reírme -mi familia me observaba perpleja e intrigada-. Nos encontramos ante una crítica a la sociedad en clave de humor.
Ignatius Reilly es sin ninguna duda un anacronismo andante. Él mismo afirma que la Edad Media habría sido la época ideal para su espíritu, pues en ese siglo nadie es capaz de comprender su elevada psique ni su visión del mundo.

 El optimismo me da náuseas. Es perverso. 
La posición propia del hombre en el universo, desde la Caída, ha sido la de la miseria y el dolor. 

Los horrores del día a día, lo correcto, no es más que una ofensa contra la decencia y el buen gusto. Nada escapa a su brutal crítica.


Da gusto encontrarse con unos personajes muy bien perfilados a todos los niveles. Especialmente en cuanto a léxico se refiere, como en el caso de Jones, uno de mis personajes preferidos. La ambientación también está muy lograda, llega un momento en el que creemos estar contemplando las calles de Nueva Orleans, donde Ignatius, su madre Irene, Santa, Claude y muchos más, viven su día a día.
Es muy curioso ver cómo se van enlazando las distintas historias de nuestros protagonistas, que en apariencia no se relacionan los unos con los otros. Pero como era de esperar sus vidas se cruzan, creando el tapiz en el que los conjuradores, que no comprender el genio de Ignatius, tratan de hacer de él una persona normal.

"No sé por qué estás aquí ahora, en realidad, ni por qué sientes esa súbita necesidad de invadir mi santuario. Dudo que vuelva a ser el mismo después del trauma de esta intrusión de un espíritu extraño."

El final es bastante abierto, pero se cree que su autor planeaba escribir una segunda parte. Por desgracia John Kennedy ni siquiera vivió para ver publicada su obra. La llevó a varias editoriales y éstas la rechazaron. Poco después se quitó la vida. Por fortuna su madre hizo todo lo posible, la llevo a editoriales y consiguió que un profesor la leyera. Éste comprendió que aquella novela no podía dejarse en las garras del olvido. Años después ganaría el Premio Pulitzer.
Solo existe otra novela del autor, que escribió a los dieciséis años, La Biblia de neón.


7 comentarios:

  1. Como ya te dije...no la acabo de ver de mi gusto. Aún así genial reseña!!

    :-))

    Mil besos!!

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    1. Como siempre digo, para gustos los colores.
      De todas formas te ríes mucho, eso te lo garantizo,
      aunque en alguna ocasión sientes ganas de zarandear
      a Ignatius ;)

      Mil besos, amiga.

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  2. Ya le tenía echado el ojo. Me pica la curiosidad con este libro...
    ¡Gracias por la reseña! Un beso ;)

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    1. Seguro que pasarás un buen rato con él.
      Si te decides a leerlo, pásate por aquí
      y cuéntame qué te ha parecido.

      Un abrazo.

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  3. un gran libro lo ley varias veces una lastima que no pudiera escribir mas secuelas........

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    1. No debes leer mucho cuando dices "lo ley" en lugar de "lo leí"

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  4. ....habitando por habito y necesidad una ciudad absurda, inverosimil..lo cual provoca una patologia de normopatas,
    anti-logicos, anti-eticos, brutos. es una epidemia, pero
    en fin...una epidemia normal

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Bienvenidos a mi mundo :)