Ojos azules en Kabul

Y aunque Bahar estaba enfadada con el mundo, en cuanto Saira se acomodó en us rodillas y le pidió una canción, su corazón volvió a latir con fuerza. Observó su mirada limpia, su piel blanca, su cabello rubio y sus manos pequeñas, y se lamentó de haber perdido el tiempo cerrando los ojos a la vida. Y mientras en las calles de Kabul se producían explosiones, la voz de Bahar calmó los animos de los que se refugiaban dentro del búnker.

Título: Ojos azules en Kabul 

Autora: Anabel Botella.

Número de páginas: 370

Editorial: Plataforma Neo

Precio: 15.90 €

Argumento: A Saira nunca le ha gustado su aspecto. Es rubia, tiene los ojos azules y todos la llaman kharami, o lo que es lo mismo, bastarda. Vive en Afganistán con su hermana, su madre y su abuelo, y cree tener ocho años. Cuando Ramin −un hombre cruel y fiel seguidor de los talibanes− entra en su vida, la desgracia se adueña del destino de su familia para siempre. Pero todo no está perdido para Saira. La pequeña logra viajar a Valencia gracias a las tropas españolas y crece envuelta en el cariño de su familia de acogida, aunque las pesadillas de su pasado no dejan de visitarla. Cuando Pablo le ofrezca la posibilidad de abrirse al amor, ¿conseguirá sanar las heridas de su niñez y empezar a ser feliz?

La historia de Saira es desde luego intensa, para bien y para mal. Pero viva, muy viva. La prosa de Anabel nos muestra a una niña afgana de nueve años, diferente a todas las demás. Tiene los ojos azules, el pelo rubio y su piel es pálida. Por así decirlo, ella es una extraña en su propio país.

A pesar de lo duro que es el argumento (la autora no trata de edulcorar la realidad), la lectura es muy ágil, adictiva, aunque a medida que vas leyendo, no puedes más que temer por el destino de la pequeña Saira.
Tenemos a una protagonista muy pequeña, pero fuerte, valiente y con un gran corazón. A través de sus ojos conoceremos los horrores que a día de hoy se viven en esa parte del mundo, recordándonos lo afortunados y especialmente afortunadas que somos al tener una vida a salvo de tanta muerte. El conocimiento como camino hacia la verdadera libertad es una idea con fuerza a lo largo de toda la novela, especialmente al comienzo en la figura de Hamid, el abuelo de Saira. Este bondadoso personaje es uno de mis preferidos, sin ideas machistas y con un gran amor por el saber. Gracias a él Saira y Mariam aprenden a hablar en inglés, y gracias a esto entre otras cosas la pequeña logrará escapar del país.

El libro se divide en dos partes: la vida de Saira y Mariam en Kabul, y la nueva vida de Saira en España.
He de ser sincera, la primera parte ha sido mi favorita, la segunda no ha terminado de convencerme. Y esto no quiere decir que no tenga cosas buenas, pero en comparación con la primera mitad... creo que no se ha sabido aprovechar el enfoque de la vida de Saira a los dieciséis años. Algo que me ha gustado mucho han sido las charlas que ella da en colegios en institutos, el modo en el que se abre a ellos...
Otro punto a favor de la autora es la fidelidad con la que retrata la vida en Kabul, me ha resultado muy fácil ver a través de los ojos de sus habitantes, sufrir con ellas... Escribir un libro tan inspirador como este no es fácil, pero sin duda lo mejor es ese hálito de esperanza.
La última parte no es tan intensa y adictiva, creo que el ritmo decae bastante, aún así el final me ha parecido precioso. Felicidades a la autora.

Y también me gustaría agradecerle a Plataforma Neo el ejemplar que me envió.

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