30.8.14

Breve historia de Babilonia


Y entonces todos los Igigi, reunidos, se postraron ante él. Y todos los Anunnaki, que había allí le besaron los pies: su asamblea unánimemente puso su rostro en tierra. Después, tras haberse levantado, se inclinaron ante él diciendo:   ¡Aquí está el rey! […] Se cubrió con su manto principesco, con el brillo sobrenatural de la realeza, con la corona terorífica.
Título: Breve historia de Babilonia.
Autor: Juan Luis Montero Fenollós.
Editorial: Nowtilus.

Colección: Breve historia.

Páginas: 285.

Precio: 12,95 € y 3,99 € (digital).

Sinopsis: Esta es una fascinante crónica, desmitificadora y rigurosa, de la cosmopolita Babilonia, capital de un grandioso imperio, en cuyo corazón se levantaba desafiante la famosa Torre de Babel.
   Babilonia fue el corazón espiritual e intelectual del país del Tigris y del Éufrates, la región de Oriente Próximo que los antiguos griegos llamaron Mesopotamia (hoy la actual Irak). El prestigio de Babilonia no tuvo rival a los ojos de sus contemporáneos. Para sus habitantes la ciudad fue el centro del universo, que brilló con luz propia sobre el mundo civilizado. En el centro neurálgico de esta gran urbe se levantó desafiante su célebre torre escalonada, un zigurat universalmente conocido como la Torre de Babel.

   Prueba de la gran admiración y el temor que despertó Babilonia es el hecho de que los monarcas más carismáticos de la época quisieron conquistarla e imprimir en ella su huella, ya fuera embelleciéndola aún más, como fue el caso del gran general macedonio Alejandro Magno, ya fuera destruyéndola, como hizo el rey asirio Senaquerib en el año 689 antes de Cristo.

Puerta de Isthar.

Gracias a las fuentes clásicas -historiadores griegos- y a la Biblia, a día de hoy casi todo el mundo ha oído hablar de Babilonia alguna vez. La Torre de Babel o el Código de Hammurabi -uno de los primeros códigos de leyes de la historia-, resumen los escasos conocimientos sobre esta célebre ciudad mesopotámica.

Son pocos los que saben que la llamada Torre de Babel o de Babilonia era en realidad un zigurat conocido como Etemenanki, en cuya parte más alta se situaba el templo alto de Marduk, el dios patrón de los babilonios.
Quiero construirme un templo que será mi habitáculo preferido, un hermoso entorno en el que yo estableceré mi santuario y fijaré mis moradas para constituir, allí, mi reino […] Yo le daré por nombre Babilonia.
 A lo largo de su historia Babilonia nunca dejó indiferente, despertaba una poderosa fascinación sobre algunos hombres poderosos; como Alejandro Magno, que llegó a conquistarla y quiso convertirla en la capital de su imperio; o a despertar el temor de Jerusalén, cuando Nabucodonosor II conquistó dos veces esta ciudad y deportó a su élite a Babilonia.

 Juan Luis Montero Fenollós, doctor en Historia por la Universidad de Barcelona, nos muestra de manera amena y concisa los distintos aspectos de este poderoso imperio entre los ríos Tigris y Éufrates. A lo largo de todo el volumen encontraremos diversas fotografías de los monumentos conservados en la actualidad, reproducciones en 3D del Etemenanki, todos los grandes acontecimientos ordenados por orden cronológico y un glosario al final con todos los términos que puedan resultarle extraños al lector.


 Voy a condensar sangre, constituir una osamenta y crear, así, un prototipo humano que se llamará Hombre. Este prototipo, este hombre, lo voy a crear para que le sean impuestas las fatigas de los dioses, y así, estos puedan estar ociosos.

 En general la obra es muy completa, pero en mi opinión desarrolla poco el tema de la religión mesopotámica y su panteón. La mitología me fascina y en especial la suya, pero tal y como reza el título de la colección, está claro que la obra pretende darnos un enfoque general; aún así me hubiese gustado que el autor profundizará más en los Annunaki, cuya tríada suprema estaba representada por Anu y sus dos hijos Enlil y Enki. Marduk, tan popular en Babilonia es hijo de éste último. Juan Luis también nombra a los Igigi, pero poco nos cuenta sobre ellos.

   Torre de Babel, ilustración de Gustave Doré.

En medio del sagrado Apsu, Marduk fue traído al mundo. Lo trajo al mundo Ea –nombre sumerio de Enki-, su padre, y lo parió su madre, Damkina. Él solo mamó de pechos divinos. El ama de cría que lo criaba, lo llenó de una vitalidad formidable. Su naturaleza era desbordante; su mirada fulgurante; era desde su nacimiento, un hombre hecho y derecho, lleno de fuerza desde el principio. […] sus formas son inauditas, admirables, imposibles de imaginar, insoportables de ver.
 La historia de Babilonia estuvo marcada por diferentes culturas, cuyos líderes llegaron a gobernar en la ciudad. El rey Hammurabi era amorreo; Burnaburiash I es el primer monarca kasita; el asirio Tiglat-piléser III se proclama nuevo soberano; el rey persa Ciro el Grande también consigue imponer su voluntad; Alejandro Magno, el macedonio, derrota a los persas y entra en Babilonia; Seleuco I -general de Alejandro- crea la dinastía helenística. Ardashir fue el primer monarca sasánida...

 En el 3200 a. C. se inventó la escritura en Uruk, uno de los puntos más atractivos de esta cultura, ya que descifrar el sistema de escritura cuneiforme ha sido uno de los retos más complicados a los que la arqueología se ha enfrentado. Fue utilizado por varias lenguas, a saber: sumerio, acadio, hitita y persa antiguo. El acadio en concreto era una lengua semítica cuyos dialectos principales fueron el asirio y el babilonio.


Cuando Anu, el altísimo, rey de los Annunaki, y el divino Enlil, señor de cielos y tierra, que prescribe los destinos del país, le otorgaron al divino Marduk, al hijo primogénito del dios Ea, la categoría de Enlil de todo el pueblo, y lo magnificaron entre los Igigi.

Cuando le impusieron a Babilonia su sublime nombre y la hicieron la más poderosa de los cuatro cuadrantes; cuando en su seno le aseguraron a Marduk un reino sempiterno cuyos cimientos son tan sólidos como el cielo y la tierra.



 Los Jardines Colgantes, el Enûma Elish o el Poema de la Creación, la Vía Procesional... estos y otros muchos datos los conoceremos de mano de Juan Luis Montero, que poco a poco irá sumergiéndonos en la apasionante historia de Babilonia.

 Detalle de la estela de Hammurabi.

Con este primer título descubrí la colección Breve historia de Nowtilus. Ya sabéis que adoro las culturas antiguas así que cuando vi la portada no pude resistirme y hacerme con él. No puedo dejar de recomendarlo a los curiosos, a la gente con ganas de aprender, pero desde luego a los escritores a la hora de documentarse y escribir sobre Babilonia,  siempre tan a caballo entre el mito y la historia.


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